Cuenta la leyenda escrita, que en tierras de Capadocia, aunque popularmente cada región adapta la leyenda para ubicarla en su población, había un Dragón que atacaba a diestro y siniestro al reino. El pueblo decidió que para evitar los ataques entregarían dos corderos cada día para ser devorados por el dragón y así evitar que el dragón atacase la villa para satisfacer su hambre.
Hasta que un día los corderos empezaban a escasear y se acordó que enviarían a una persona y a un cordero; con lo cual cada día se hacía un sorteo y se enviaba a dicha persona a la cueva del dragón. Un día en el sorteo salió el nombre de la princesa. En ese momento, el rey ofreció riquezas a la familia de aquél que ocupara su lugar, sin embargo el pueblo se negó y le reprochó que ya muchos habían quedado sin familiares y que el rey no tenia por qué ser la excepción. Así, sin ninguna alternativa, fue caminando hasta la guarida del dragón y cuando iba en rumbo, se encontró a San Jorge que, al oír su situación, se ofreció a rescatarla y mató al Dragón clavándole la espada en el corazón. De la sangre que fluyó nació una rosa.
A San Jorge el rey le ofreció riquezas, sin embargo él las rechazó y pidió que se le repartieran al pueblo. También construyó una iglesia en su nombre, de la cual brotaba agua milagrosa que curaba a los enfermos.
El día de Sant Jordi es costumbre en Cataluña, y partes de la Comunidad Valenciana, que los maridos regalen una rosa a sus mujeres, y las mujeres un libro a los esposos por alusión a la leyenda popular. En Aragón se celebra la festividad de la comunidad autónoma, se entregan los Premios Aragón y se adorna con flores formando las barras de Aragón la plaza homónima al pie del Monumento al Justicia.
Amores, os deseo un feliz día de Sant Jordi.
En Ibiza también acostumbramos a regalar un libro al esposo y a cambio recibimos una rosa, mi rosa.
La de hoy es para todos vosotros.
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